En una entrevista publicada recientemente en El País Semanal, Steven Spielberg hablaba sobre su último trabajo, "La Guerra de los Mundos". En dicha entrevista, además de otras muchas cosas, explicaba su intención de dar un aire de concienciación social al film. Sólo le faltaba decir que era cine "político". Aunque a mí me cueste ver esa faceta de la película, Spielberg argumentaba que determinadas imágenes, como las largas caravanas de refugiados, nunca vistas en suelo USA, intentaban demostrar al público yankee que ni siquiera los estadounidenses estaban libres de sufrir ese tipo de desgracias, provocadas por enemigos provenientes del "extranjero".
El tiempo, corto tiempo, le ha dado parcialmente la razón: las largas colas de refugiados de lujo, víctimas del huracán y las inundaciones del sur de los Estados Unidos, me recordaron de inmediato las imágenes y comentarios de "Midas" Spielberg. Si en la ficción el éxodo era provocado por unos feos bichos de tres patas venidos de más allá del Sistema Solar, en la realidad el "malo de la película" ha sido una combinación de naturaleza desbocada e ineptitud humana.
Por tanto, el cineasta acertó a medias. Si bien hizo pleno en el asunto de los refugiados, erró en el origen de sus desdichas. Muchas veces no nos damos cuenta de que eso que tanto buscamos, eso que tanto anhelamos, lo tenemos ahí al lado, al alcance de la mano: nuestra media naranja, el amigo incondicional, la casa de nuestros sueños... Otras, no vemos lo cerca que estamos del peligro, y parecemos ciegos ante un daño inminente y evidente.
Lo que creo que ha quedado claro es que no es necesario buscar al enemigo allende las estrellas. Simplemente la falta de previsión y de capacidad de reacción de unos gobernantes, preocupados por asuntos generalmente más lucrativos, pueden llegar a producir efectos tan devastadores como los del más ruin de los extraterrestres (ya vengan de Sirio o de Siria). Es como tener al enemigo en casa.
El tiempo, corto tiempo, le ha dado parcialmente la razón: las largas colas de refugiados de lujo, víctimas del huracán y las inundaciones del sur de los Estados Unidos, me recordaron de inmediato las imágenes y comentarios de "Midas" Spielberg. Si en la ficción el éxodo era provocado por unos feos bichos de tres patas venidos de más allá del Sistema Solar, en la realidad el "malo de la película" ha sido una combinación de naturaleza desbocada e ineptitud humana.
Por tanto, el cineasta acertó a medias. Si bien hizo pleno en el asunto de los refugiados, erró en el origen de sus desdichas. Muchas veces no nos damos cuenta de que eso que tanto buscamos, eso que tanto anhelamos, lo tenemos ahí al lado, al alcance de la mano: nuestra media naranja, el amigo incondicional, la casa de nuestros sueños... Otras, no vemos lo cerca que estamos del peligro, y parecemos ciegos ante un daño inminente y evidente.
Lo que creo que ha quedado claro es que no es necesario buscar al enemigo allende las estrellas. Simplemente la falta de previsión y de capacidad de reacción de unos gobernantes, preocupados por asuntos generalmente más lucrativos, pueden llegar a producir efectos tan devastadores como los del más ruin de los extraterrestres (ya vengan de Sirio o de Siria). Es como tener al enemigo en casa.
1 comentario:
A medida que iba leyendo tu post iba llegando a la misma comclusión que tú sobre el hemosferio norte (más centrado en USA en este caso concreto) y su dureza con el medio ambiente.
En el trabajo de investigación de "Of the King" (jajaja) hice un comentario crítico de "El día de mañana", una americada que-te-cagas pero que deja ver como, ante catástrofes así, nadie es más fuerte que otros. No dicen que cada uno recoge lo que siembra...?
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