24 de febrero de 2006

Seco


Seco. Estoy seco. De ideas.

Dicen que pisar una mierda trae suerte. Ayer pisé una y hoy he cobrado 9,52€ en la Primitiva. Si quieres que te diga la verdad, no compensa.

Como papel de lija.

Ligar era como jugar a los barquitos. Empezabas por las diagonales:
- ¿Eres de aquí? ¿Vienes mucho?
- Tú eres tonto, guapo.
B2 Agua. En las diagonales nunca se ponen barcos. Eras tonto de verdad.

¿Cómo puedo estar tan seco y jugar a los barquitos? Incongruente.

Trabajo en un programa que alcanzó el 0,1 de audiencia. Menos es nada. Además, algo tiene de bueno: cualquier cosa será mejorar.

Pura mojama.

A veces acertabas:
- ¿Vienes al cine?
- Bueno...
C2 Tocado.
Después del cine:
- ¿Un café?
- Vale...
D2 Tocado.
Después del café:
- ¿Te acompaño a casa?
- No, gracias. Me recoge mi hermano.
E2 Agua. Mierda. Solo era un destructor (de mi moral).

¿Será la alergia? No es normal esta carraspera mental. O sí...

El otro día en clase había más erasmus que producto nacional. Pensé que dejarse la Sorbona para venir a estudiar a la Facultad de Filología de Valencia era de un nivel de tontería paneuropeo. Aunque, bien mirado, el alcohol aquí es más barato...

Creo que lo mío es el simún cerebral, o algo.

He crecido. Tengo coche. Ya llevo dos tocados (cena, H4 + copa, H5) y voy a por el tercero (la estoy acompañando a casa, H6). Al llegar a la puerta:
- ¿Nos tomamos la última en tu casa? (Se nota que he crecido. Sobre todo en la entrepierna).
- No estropeemos una noche encantadora ¿vale? Buenas noches, guapetón (+ beso al aire y portazo).
H7 Agua. Y yo para casa con mi acorazado y mi palmo... de narices.

Seco como el Martini seco. Seco como la ginebra seca. Dry gin. Seco como la uva seca. Pasa.

El viernes pasado salí a cenar con los amigos de siempre. Los de verdad. Me lo pasé de muerte. ¡Qué reconfortante es saber que siempre están ahí! Y qué cogorza. El lambrusco, que para algunos es vino con gaseosa, es uno de los mejores quitapenas que conozco. Parece el gas de la risa. Gran invento. Hay que repetir.

Polvo, sudor y hierro, el Cid cabalga.

¡Por fin! Cena, B5. Copas, B6. Casa, B7... ¡y polvete! (bueno, dos y sin sacarla, eh?) B8!!!!! ¡El portaaviones! ¡El portaaviones!... No me doy cuenta de que sigo tan tonto como con las diagonales. El portaaviones no es nada. El que de verdad importa es el último submarino:
- Te querré siempre.
H8. Tocado y hundido.

Parece que va a llover.