5 de julio de 2006

Comulgar con ruedas de molino

No quiero caer en la demagogia. No quiero que mi comentario pueda parecer oportunista. Y creo que será fácil conseguirlo.

Hoy, después de recopilar todos los datos necesarios, la Generalitat ha confirmado que la principal causa del accidente en la línea 1 del metro de Valencia ha sido un inexplicable exceso de velocidad, y achacan a una posible indisposición del maquinista el hecho de que éste no corrigiera el error.

Recopilando información en prensa, radio y televisión, me he enterado de que, unos metros antes del lugar del accidente, la vía presenta un desperfecto considerable desde hace 15 años. Además, la línea 1 solo tiene controles automáticos de velocidad en determinados tramos. No era el caso entre Plaza de España y Jesús. Así mismo, se comenta que las cajas negras de algunos trenes no funcionan correctamente y, o no ofrecen ninguna información, o lo hacen deficientemente.

También hoy, por motivos de trabajo, me he acercado al lugar en el que el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat han instalado el escenario destinado al Encuentro Mundial de las Familias (cristianas, claro). Allí he comprobado el despliegue de medios de todo tipo puestos a disposición de los organizadores del acto. Estoy indignado. La cosa no mejora si miro un poco más allá y veo los mástiles de los barcos de la America's Cup. Bochornoso. Invertir en infraestructuras no consiste en hacer escenarios efímeros ni muelles para yates.

Para la empresa en la que trabajo, la visita papal ha supuesto ya un descalabro económico tal que se ha visto obligada a rescindir más de 300 contratos de trabajadores, muchos de ellos de solvencia contrastada y demostrada a lo largo de más de 10 años.

Espero que recapaciten. Que tengan vergüenza. Espero que recapacitemos todos y recordemos todo esto en las próximas elecciones. No para que ganen otros, sino para que pierdan estos. Para que sepan que no pueden hacer lo que les de la gana y salirse de rositas. No podemos quedar indiferentes. Esto no se arregla con una misa, ni echándole la culpa a un pobre muerto. Que no nos engañen: esto no es bueno para Valencia. Sólo ganan unos pocos, los de siempre.

Hoy lo han vuelto a conseguir. Me voy a dormir de mala leche.

PD: En la misa-funeral de hoy, la gente aplaudía a los reyes a su paso. ¿Por qué? ¿Cuál es su mérito?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Valencia se viste de gala y, vista desde el exterior parece una ciudad moderna y avanzada. Pero solo hace falta echar un vistazo a la ciudad, a las universidades, a los transportes públicos y a la pésima gestión "del" medio de comunicación para darse cuenta de que en Valencia aún quedan muchas cosas por arreglar.

Anónimo dijo...

El escepticismo o la experiencia (o no es lo mismo??) también me hacen pensar que la muerte del conductor ha venido bien a la hora de inventar posibles causas del accidente. Está claro que ha sido un accidente no provocado pero también está claro que poría haber sido evitado, de una manera u otra.

Valencia es la ciudad de juguete. Intenta convertirse a marchas forzadas en la gran capital que no es ni será. Ye tenemos una competición deportiva, un museo reconocido (por fuera), visitas de mandamases y un Zara por cada 15 habitantes. Ahora también tenemos nuestra propia catástrofe humana. Eso es, como las grandes.Visca.

Mi mala leche es ya yogur.

PD: pfff

Vakulinchuk dijo...

Tania, eres mi analista político preferido.

Vakulinchuk dijo...

Acabo de ver que este post ha tenido una "visita" del Ministerio de Justicia. ¿Qué hemos dicho? Uy qué miedo!!!!

Sus dijo...

Siempre tiene que haber una cabeza de turco, y si ya està cortada mejor, que asì no se ensucian màs las manos.

Me indigna el hecho de que SIEMPRE sea tarde, que siempre la hayan cagado ya y bien cuando se dan cuenta de que estaban caminando sobre el filo de una navaja...sòlo ahora arreglaran la lìnea de metro.

Màs vale tarde que nunca? Pfffffff (me lo has quitado de la lengua, Tania)

PD: Ah, pero el Agente Smith existe?

Anónimo dijo...

¿Con el dinero del altar hubiesemos tenido nuevos convoys en la línea 1? Lo que no se puede negar es que la Ciudad de las Ciencias iluminada queda de puta madre por la tele.
Seguramente estas palabras son demagogia, pero una vez pasados estos "intensos" días me siento profundamente decepcionado conmigo mismo y con la gente que me rodea. Y esto lo siento de corazón.
Me borro de todo a lo que me han apuntado.

Pulgarcito dijo...

Pocas horas después del accidente, el conseller de obras públicas decía que Valencia tiene el quinto metro más largo de Europa. Unas infrestructuras modernas y modélicas, claro.

Al día siguiente, el conseller portavoz se esforzaba en señalar que la línea 1 NO es un metro. Lo definía como una línea de cercanías con una pequeña parte subterránea.

Qué pasó entre una cosa y otra? Qué motivó ese cambio de denominación?

Me gustaría pensar en un error... O en un simple matiz sin importancia. Pero me temo que el asunto es trascendental. Más de lo que parece.

Sé que los muertos son muy importantes. Sé que ha habido mucho dolor. Pero más importante que el propio accidente, es la información que se ha dado sobre el siniestro. Una información veraz, crítica y plural, nos habría ayudado a aprender de los errores. Incluso serviría para evitar futuras tragedias.

Pero no. En Valencia todo es perfecto... Todo salvo algunos fallos humanos, un puñado de envidiosos que critican sin motivo, algún catalanista peligroso y un grupo muy ruidoso de rojos y homosexuales. Salvo eso, ya digo, todo lo demás perfecto.

Me temo que las próximas elecciones confirmarán que somos un pueblo dormido.

CCD dijo...

Sí, dormido y bien dormido. Mientras nos sigan diciendo cuánto dinero traen los campos de golf (y lo malos que son todos por no darnos agua para ellos), los yates, los papas y las mamas, y no cuánto nos cuestan, habrá gilipollas que lo sigan defendiendo a capa y espada. Hay que joderse.

Con lo de los aplausos a los reyes por venir a ver muertos, me he acrodad de un cuento impresionante de Cortázar sobre un pueblo en el que hay un terremoto, y el presidente va a visitarlos, y lo tratan como un señor, y le dan la comida que ellos no comen, y le dan una casa, y se gastan el poco dinero que les quedaba en su visita, y encime se alegran muchísimo de que les visite. Me parece que aquí pasa lo mismito.